sábado, 27 de febrero de 2010



Momentos
En todos los sitios y en todas las situaciones hay momentos bonitos.
El que quiero contar ahora pasó un viernes de hace ya un año. Era una mañana fria, el viento corría bajo cero y el cielo era de ese gris que anuncia la nieve. Ya había acabado mi horario y me iba para casa cuando los chicos estaban en el recreo. Unos jugaban al futbol, otras sentadas en los bancos unas encima de otras reian no se sabe de que, seguro que ni ellas lo saben, otros corrian persiguiendose y lanzandose "riscos" como ellos dicen. Todavia eran pequeños, hasta los más mayores lo son y eso se nota mucho en el patio, en los juegos y en los gritos.
Pero yo no iba pensando en eso, sino en el frio y en el fin de semana que promete tanto el viernes como en ocasiones decepciona el domingo, cuando se acercó una niña de 1º ESO corriendo, y su nariz y su cara, rojas del frio, hacían aún más niña su expresión.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Claro mujer.
-¿A que si tienes dos amigas de verdad no puedes elegir entre ellas?
-Pues no, no sería justo para ninguna de las dos.
-Es que la T. dice que tengo que elegir entre ella y otra amiga del pueblo que está en 6º
Y la T se acerca corriendo y con ella toda el grupo, seguramente los más niños de todo el patio. La T también tiene la cara roja y se pone a dar explicaciones al porqué obligaba a su amiga a tomar esa terrible decisión. Que si uno dijo que el otro había dicho que el de más allá había dejado de decir...
-No T. No se puede elegir entre la gente que quieres de verdad, porque no se quiere más, se quiere de maneras distintas si son padres, amigos o hermanos, pero nunca más.
-Es verdad, apunta otro del grupo, estos dos son mis mejores amigos y yo no puedo decir cuál es mejor de ellos.
Y yo me voy y ellos se quedan discutiendo sobre el valor de la amistad y me parece tan tierno y tan bonito que discutan sobre ello que me voy a casa con una sonrisa de oreja a oreja recordando que yo también tengo pocos pero grandes amigos y también algunas amigas entre los que no podría elegir pero demasiadas veces se me olvidan que existen. Los que están lejos porque están lejos y los que quedan cerca porque el día a día nos absorve y nos deja poco más.
Benditos dias en los que todo era para tus amigos.

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