Nacido en la calle Tejares de Albacete, habitada en su mayoría por gente pobre, trabajadores de la construcción y del campo, Antonio vivió su infancia y juventud en un ambiente proletario y revolucionario. Por aquel entonces la calle de Tejares estaba sin asfaltar, sin aceras, llena de polvo y barro y hasta los carros se atascaban en ella. Como una escena de teatro, siempre estaba llena de niños, los coches no pasaban por ella y los hombres se reunian en las tardes de verano a hablar de política. "La calle roja" la llamaban.
Hijo de un minero de La Unión (Murcia), emigrado a Albacete, y de Mariana, perteneciente a una familia de la pequeña burguesía albacetense, formó, por la influencia de su madre, parte de las Juventudes Socialistas Unificada (J.S.U.) desde 1936. Mariana, a diferencia de la mayoría de los vecinos del barrio, era instruida y estaba comprometida socialmente debido a sus creencias católicas que, sin embargo, fue abandonando como respuesta al comportamiento que mantenían las jerarquías eclesiásticas respecto a los problemas sociales. En cambio, encontraba más apoyo en la Casa del Pueblo, donde habitualmente participaba en las actividades teatrales y culturales, a las que se hacia acompañar por su hijo.
Cuando Antonio cumplió 14 años empezó a trabajar como aprendiz, a cambio de la comida, en la imprenta Montesinos, propiedad de un familiar, en la que aprendió a leer al revés, habilidad necesaria para ser un buen linotipista. Pocos meses después se cambió de trabajo y acudió a un taller de carpintería para aprender el oficio de ebanista.
Cuando el 18 de julio de 1936 se produjo la rebelión militar contra la República, la ciudad de Albacete fue tomada por las fuerzas rebeldes, pero como el resto de la provincia permaneció leal a la República, apenas una semana después fue reconquistada por marinos, militares y milicianos procedentes de Cartagena, Alicante y Valencia. Esta circunstancia provocó, según Antonio, una "semana trágica" por la cantidad de violencia que se vivió en sus calles. Su madre intervino en algunos de ellos exponiendo su propia vida para evitar, por ejemplo, que unos milicianos fusilasen a un joven por haber sido uno de los que se pasearon, pistola en mano, por la ciudad junto con las fuerzas de la Guardia Civil, o, cuando evitó que la tienda de la Sra. Aquilina, situada en la propia calle de Tejares, fuera asaltada y desvalijada, recordando a los vecinos cuantas veces pudieron dar de comer a sus hijos gracias al crédito que les daban en la tienda.
Hasta mediados de 1947, fecha en la que se incorporó a la guerrilla (los maquis) con el sobrenombre de "Mariano", Antonio no dejó de ser miembro de las J.S.U., prestando su colaboración a todos aquellos que pretendían recuperar las libertades para los españoles. Primero, pasando información del aeródromo de Los Llanos, en donde estuvo haciendo la "mili" durante 40 meses. Especialmente útil hubiera podido ser la documentación sobre los depósitos de armamento y sobre los aviones Ju88 recuperados por España de Alemania y que podían ser utilizados en caso de la intervención de los Aliados de la II Guerra Mundial contra la dictadura de Franco. Después, al salir de la "mili", como responsable de la secretaria de Propaganda del P.C.E., organizando con un grupo de jóvenes en Albacete de ideología comunista bastante activo. Este grupo en el año1946 en las que lanzó por la ciudad 4.000 banderitas republicanas, hizo pintadas por la misma, también se dedicaron lanzamiento de pasquines mensualmente y a lanzar cohetes los 14 de Abril.
Finalmente, ante la presión realizada por el 4º grupo de la Brigada Político Social, el apresamiento de varios compañeros y la
detención de sus padres, se incorporó a las guerrillas de La Mancha mediante las gestiones del P.C.E. de Valencia.
Villahermosa fue el lugar en el que tuvo el primer contacto como guerrillero con la Guardia Civil, pues después de dos días de conversaciones con "Pepe" o "Timonchenko" que era el jefe de la 5" Agrupación guerrillera y con "Líster" (Antonio Moreno Manzano) en las que se discutía la situación de la lucha contra Franco, la casa donde estaban fue asaltada y tuvieron que refugiarse durante muchas horas tumbados en un trigal soportando más de 40" de calor, "entonces empecé a comprender lo que eran las guerrillas de La Mancha ", dice Antonio Esteban.
"El Mariano" fue consciente desde el principio de lo delicado de la situación: "Después del fracaso del Valle de Aran, sin la intervención ni el apoyo de los Aliados, las perspectivas de una victoria armada sobre el franquismo se habían esfumado y aunque contábamos con la simpatía y el apoyo de la población trabajadora, era evidente que nuestro sacrificio sería estéril a corto plazo". No obstante, siguió en el maquis, desempeñando el cargo de responsable político de la tercera guerrilla, cuya zona de influencia se encontraba en la confluencia de las provincias de Ciudad Real, Jaén y Albacete. Algún tiempo después su grupo fue capturado en el cortijo de los Marines, en El Salobre (Albacete), mientras dormían, debido a una delación. A partir de entonces comenzó el rosario de Interrogatorios, cárceles y tribunales. El Consejo Supremo de Justicia Militar, el 29 de marzo de 1950, le condenó a la pena de muerte, siéndole conmutada por 30 años be cárcel, el 16 demayo del mismo año.
Las peripecias de Antonio Esteban no terminaron, pues aún cuando se evadió de la cárcel en 1950, todavía estuvo en España con documentación falsa hasta 1955, fecha en la que consiguió atravesarlos Pirineos a pie por la zona de Elizondo.
Hijo de un minero de La Unión (Murcia), emigrado a Albacete, y de Mariana, perteneciente a una familia de la pequeña burguesía albacetense, formó, por la influencia de su madre, parte de las Juventudes Socialistas Unificada (J.S.U.) desde 1936. Mariana, a diferencia de la mayoría de los vecinos del barrio, era instruida y estaba comprometida socialmente debido a sus creencias católicas que, sin embargo, fue abandonando como respuesta al comportamiento que mantenían las jerarquías eclesiásticas respecto a los problemas sociales. En cambio, encontraba más apoyo en la Casa del Pueblo, donde habitualmente participaba en las actividades teatrales y culturales, a las que se hacia acompañar por su hijo.
Cuando Antonio cumplió 14 años empezó a trabajar como aprendiz, a cambio de la comida, en la imprenta Montesinos, propiedad de un familiar, en la que aprendió a leer al revés, habilidad necesaria para ser un buen linotipista. Pocos meses después se cambió de trabajo y acudió a un taller de carpintería para aprender el oficio de ebanista.
Cuando el 18 de julio de 1936 se produjo la rebelión militar contra la República, la ciudad de Albacete fue tomada por las fuerzas rebeldes, pero como el resto de la provincia permaneció leal a la República, apenas una semana después fue reconquistada por marinos, militares y milicianos procedentes de Cartagena, Alicante y Valencia. Esta circunstancia provocó, según Antonio, una "semana trágica" por la cantidad de violencia que se vivió en sus calles. Su madre intervino en algunos de ellos exponiendo su propia vida para evitar, por ejemplo, que unos milicianos fusilasen a un joven por haber sido uno de los que se pasearon, pistola en mano, por la ciudad junto con las fuerzas de la Guardia Civil, o, cuando evitó que la tienda de la Sra. Aquilina, situada en la propia calle de Tejares, fuera asaltada y desvalijada, recordando a los vecinos cuantas veces pudieron dar de comer a sus hijos gracias al crédito que les daban en la tienda.
Hasta mediados de 1947, fecha en la que se incorporó a la guerrilla (los maquis) con el sobrenombre de "Mariano", Antonio no dejó de ser miembro de las J.S.U., prestando su colaboración a todos aquellos que pretendían recuperar las libertades para los españoles. Primero, pasando información del aeródromo de Los Llanos, en donde estuvo haciendo la "mili" durante 40 meses. Especialmente útil hubiera podido ser la documentación sobre los depósitos de armamento y sobre los aviones Ju88 recuperados por España de Alemania y que podían ser utilizados en caso de la intervención de los Aliados de la II Guerra Mundial contra la dictadura de Franco. Después, al salir de la "mili", como responsable de la secretaria de Propaganda del P.C.E., organizando con un grupo de jóvenes en Albacete de ideología comunista bastante activo. Este grupo en el año1946 en las que lanzó por la ciudad 4.000 banderitas republicanas, hizo pintadas por la misma, también se dedicaron lanzamiento de pasquines mensualmente y a lanzar cohetes los 14 de Abril.
Finalmente, ante la presión realizada por el 4º grupo de la Brigada Político Social, el apresamiento de varios compañeros y la
detención de sus padres, se incorporó a las guerrillas de La Mancha mediante las gestiones del P.C.E. de Valencia.
Villahermosa fue el lugar en el que tuvo el primer contacto como guerrillero con la Guardia Civil, pues después de dos días de conversaciones con "Pepe" o "Timonchenko" que era el jefe de la 5" Agrupación guerrillera y con "Líster" (Antonio Moreno Manzano) en las que se discutía la situación de la lucha contra Franco, la casa donde estaban fue asaltada y tuvieron que refugiarse durante muchas horas tumbados en un trigal soportando más de 40" de calor, "entonces empecé a comprender lo que eran las guerrillas de La Mancha ", dice Antonio Esteban.
"El Mariano" fue consciente desde el principio de lo delicado de la situación: "Después del fracaso del Valle de Aran, sin la intervención ni el apoyo de los Aliados, las perspectivas de una victoria armada sobre el franquismo se habían esfumado y aunque contábamos con la simpatía y el apoyo de la población trabajadora, era evidente que nuestro sacrificio sería estéril a corto plazo". No obstante, siguió en el maquis, desempeñando el cargo de responsable político de la tercera guerrilla, cuya zona de influencia se encontraba en la confluencia de las provincias de Ciudad Real, Jaén y Albacete. Algún tiempo después su grupo fue capturado en el cortijo de los Marines, en El Salobre (Albacete), mientras dormían, debido a una delación. A partir de entonces comenzó el rosario de Interrogatorios, cárceles y tribunales. El Consejo Supremo de Justicia Militar, el 29 de marzo de 1950, le condenó a la pena de muerte, siéndole conmutada por 30 años be cárcel, el 16 demayo del mismo año.
Las peripecias de Antonio Esteban no terminaron, pues aún cuando se evadió de la cárcel en 1950, todavía estuvo en España con documentación falsa hasta 1955, fecha en la que consiguió atravesarlos Pirineos a pie por la zona de Elizondo.
Recogido de http://www.lagavillaverde.org/
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