viernes, 8 de enero de 2010

Landais



Dame la mano, amor mío, y partamos por los campos
para amarnos y caer juntos bajo las cuchilladas




Amor mío, ve primero a vengar la sangre de los mártires,
antes de merecer el refugio de mis senos.
Vuelve acribillado por las balas de un fusil tenebroso, amor,
yo coseré tus heridas y te daré mi boca.



¡Oh, amor mío, si en mis brazos tiemblas tanto,
¿qué harás cuando el entrechocar de las espadas se convierta en mil relámpagos?


Tómame primero en tus brazos, estréchame,
solamente después podrás anudarte a mis muslos de terciopelo.
Ven y sé una flor en mi pecho
para que pueda refrescarte cada mañana con un estallido de risa.


Brisa que soplas del otro lado de las montañas donde combate mi
amante.
¿Qué mensaje me traes?
El mensaje de tu lejano amante es este olor de pólvora de cañón.
Y este polvo de las ruinas que conmigo llega.




Cantos de las mujeres pasthum de Afganistan.

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